Grecia y Roma mostraron a sus hermafroditas también. En el caso griego es tan escasa la iconografía como con el homoerótico femenino. En cambio Roma fue menos pazguata, o en cualquier caso, hemos de agradecer al Vesubio la conservación de tantos frescos como hoy disponemos.
Es curioso que tras el mito de Hermafrodito, su representación haya sido la de un ser lujurioso entregado al sexo. Su representación junto al dios Pan, Sátiros y Silenos, seres todos ellos voluptuosos y fornicadores empedernidos, nos ha mostrado a unos hermafroditos que al parecer, desde la antigüedad hasta nuestros días, no han podido mejorar las ocupaciones a las que se pudieron dedicar.
Si las imágenes anteriores mostraban a hemafroditos en buenas relaciones con los sátiros, en estas siguientes les vemos evitándolos y siendo evitados, al descubrir Pan que se trata de un Hermafrodita.
Hermafrodito luchando con un sátiro.
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