Quiero abrir una sección de contracampañas que ya tuvo su origen en los post Preguntas me hago… respuestas no hallo, y en la contracampaña publicitaria en defensa de los niños, ante la generalizada pederastia de los sacerdotes católicos.
Ahora quiero hacer una contracampaña contra el malentendido materialismo consumista que nos invade a diario, pero con más saña en este tiempo de consumo navideño, en el que somos bombardeados por una campaña publicitaria neurótica y ante la cual se avivan las más prístinas ansias de poseer a bajo precio, o a precio desmedido; en cualquier caso: poseer.
Por ello voy a poner una campaña de Consumehastamorir.com en mi centro educativo para un alumnado de entre 13 y 18 años y aquí, en el blog, desarrollaré la brillante idea del fotógrafo Erwin Olaf quien en una serie titulada Fashion Victims ha reflejado la perdida de personalidad individual a favor de una identidad socio-mercantilista, y que ha sustituido La marca por la identidad. Somos, donde compramos.
Estos individuos, a diferencia de los de Magritte, no pierden la personalidad por clonación, sino por el deseo de pertenencia a una marca, símbolo de status socio-económico, así como por un acto de renuncia a constituir una personalidad individual, que viene reflejado por la sustitución de la bolsa-marca por una cara con rasgos específicos.
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